Cuenta una historia que en un pueblo vivía un anciano que solo tenia un caballo para trabajar la tierra. Sucedió que un día el caballo se arrancó y se escapó hacia las tierras lejanas.
Los vecinos del anciano enterándose de la noticia le fueron a ver y le decían: Sentimos mucho lo que le ocurrió, pobre de ud. ahora ¿cómo trabajará la tierra? que mala suerte tiene ud. A lo que el anciano respondió: Mala suerte, buena suerte ¿Quién sabe?
Paso una semana del acontecimiento y el caballo regresó acompañado de cinco caballos salvajes. Los vecinos fueron donde el anciano y les decían: Que bien anciano, ahora tienes más caballos para trabajar la tierra, que buena suerte tienes. Y en anciano solo dijo: Mala suerte, buena suerte ¿Quién sabe?
Paso otra semana más y el hijo del anciano decidió domar a unos de los caballos salvajes, pero luego de unos intentos este se cayó y se rompió la pierna. Los vecinos nuevamente fueron a ver al anciano y le comentaban: Ahora tu hijo esta lisiado ¿quién te ayudara a labrar la tierra? que mala suerte tienes. El anciano tranquilamente respondió: Mala suerte, buena suerte ¿Quién sabe?
A la semana siguiente se inició una guerra en ese país, y fueron a todos los hogares en busca de los jóvenes para enlistarlo al ejército. Al llegar los oficiales a la casa del anciano y al ver al joven con la pierna rota en la cama se retiraron en forma inmediata. Como de costumbre los vecinos fueron a visitar al anciano para decirle la buena suerte que había tenido, a lo que él sabiamente solo respondía: Mala suerte, buena suerte ¿Quién sabe?
En nuestra vida siempre están pasando sucesos que a nuestros ojos parecen actos de mala suerte o buena suerte, siempre nos adelantamos al resultado final y solo nos dejamos guiar por la primera impresión de lo que nos sucede. Se nos olvida recordar que Dios es dueño del universo y que todo lo que pasa a nuestro alrededor Él lo domina plenamente con Amor y Sabiduría.
Nosotros como creaturas de Dios debemos aprender a esperar y a confiar en Él, en su providencia, ya que lo que es malo para nosotros en primera instancia, puede ser una gran bendición que Dios esta tejiendo para nosotros, y quizás lo que nosotros pensamos que es para nuestro bienestar Él determine que no nos ayuda a descubrir el propósito para el cual hemos sido creados.
Mala suerte, buena suerte ¿qué estas pasando en este momento? tú no sabes como va a terminar este día, esta semana, este mes y este año para ti. No te cuestiones como va a terminar la historia de tu vida, si todo esto va a terminar en algo bueno y mejor. Te lo aseguro Dios teje una hermosa bendición en tu vida y lo va a llenar de amor y plenitud. Solo confía ciegamente en Él y cree en el Amor Santo que Él siente por ti, por tu persona. Recuerda que a Dios nada se le escapa de sus manos.
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